EFE
- El primer y segundo clasificado de la fase regular cumplieron con los pron�sticos.
- Eliminan al Palma Volley y al 7 Islas Vecindario en las semifinales.
Los equipos Unicaja Almer�a y CAI Teruel disputar�n este s�bado, en el Pabell�n de Santa Luc�a (Gran Canaria), la final de la XXXVI Copa del Rey de voleibol tras eliminar este viernes al Palma Volley y al 7 Islas Vecindario, respectivamente.
El primer y segundo clasificado de la fase regular cumplieron con los pron�sticos en esta edici�n del torneo del KO y, mientras los andaluces buscar�n un noveno trofeo para sus vitrinas, los turolenses quieren mejorar el segundo puesto logrado en el a�o 2009.
La experiencia de mil batallas se opondr� a la sed de gestas y el partido, cono no podr�a ser menos, se presenta tremendamente igualado y sin un claro favorito.
En las semifinales, los almerienses, quienes est�n dirigidos por Axel Mondi, doblegaron con oficio y ambici�n a un Palma Volley inconsistente, que en los dos primeros sets no se acerc� a su verdadero potencial (25-16 y 25-19).
Los mallorquines despertaron en el tercer set al aprovechar cierta relajaci�n del Unicaja (5-10), pero los andaluces reaccionaron a tiempo para provocar un final de infarto en el que firm� el 3-0 con un ajustad�simo 29-27.
Por su parte, los factores cancha y afici�n no fueron suficientes para llevar al 7 Islas Vecindario a su primera final en este torneo, ya que el potencial que atesora el CAI Teruel puso en evidencia las carencias de los canarios, quienes evitaron el descenso de categor�a en la �ltima ronda de la fase regular.
Con todo, los pupilos de Tomi �lvarez afrontaron el choque con entrega, pundonor y lucha, unas cualidades que fueron insuficientes para inquietar a los jugadores de �scar Novillo, que no se dejaron intimidar por el ambiente al exhibir una capacidad superior de recursos tanto en ataque como en defensa.
Los parciales 19-25, 18-25 y 17-25 reflejaron fielmente el dispar rendimiento de unos y otros, y el Vecindario, que jug� su primera semifinal en el tercer intento, s�lo pudo agradecer la complicidad de su entusiasta afici�n.
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